lunes, 21 de enero de 2013

Al hablar de Wunderkammem o Gabinete de curiosidades, nos remontamos a  la época manierista, donde nace la idea de crear una habitación o  microcosmos donde se guardara una colección de tipo enciclopédico no especializado donde el erudito caballero interesado por el conocimiento humano y la ciencia, trataba de guardar todo lo que le despertara curiosidad. Encerrándose en ese microespacio, y observando su colección donde cualquier cosa que le pudiera  llamar su atención  lo incluía en ese micro mundo todo inventariado, catalogado, clasificado en estanterías y cajoneras. Encontrando  objetos de la Antigüedad Clásica o Antiquitas, del saber científico o Curiositas donde coleccionista valora todo mecanismo científico (relojes, autómatas, instrumentos musicales); También tenían cabida objetos raros o Raritas que provienen de la naturaleza o hechos por el hombre (Naturalias o Artificialias), todos estos elementos se encontraban inventariados, e incluso se solían realizar publicaciones periódicas mediante catálogos ilustrados con el fin de publicitar estas colecciones.
En Sevilla se va a desarrollar este tipo de coleccionismo debido a los grandes descubrimientos, es el puerto de América pudiendonos  hacer una idea de todo tipo de cosas u objetos que se van a comercializar y que despertaban entre el ámbito intelectual de la época un interés por hacerse con todo tipo de objetos de carácter científico. Uno de esos intelectuales fue Argote de Molina, erudito filólogo poseía uno de estos Gabinetes de curiosidades en la calle Francos, el cual fue visitado por Felipe II, entre sus miravilias encontramos armas, monedas, piedras, animales disecados, una gran biblioteca donde destacamos una serie de códices medievales, una galería de retratos e incluso un huerto de plantas procedentes de  Nueva España. Fue descrito por Francisco Pacheco en su libro “El libro de descripción de verdaderos retratos, ilustres y memorables varones”.  Otro Erudito contemporáneo fue Nicolás Monardes, destacado médico y botánico que tenía su wunderkammer en la Sevillana calle sierpes, y donde podíamos encontrar en su colección una pajarera de especies exóticas  y un Hortus o huerto de plantas traídas de América donde experimentaba con ellas. Publicó numerosas obras de las que destacamos su Tratado “Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales”. Por último destacar la figura de Hernando Colon, quien se hizo con una de las mejores bibliotecas del Renacimiento que llegó a alcanzar los 15.000 volúmenes, una gran parte de ellos se encuentra hoy en la Catedral de Sevilla; y de una impresionante colección de grabados y estampas.






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