Que sería de nosotros sin este pequeño gran objeto sencillo
pero a la vez indispensable y que forma parte de nuestra cultura. A parte de
considerarlo como objeto etnográfico y cultural a lo largo de toda la historia,
el cual ha ido evolucionando funcionalmente y estéticamente, dejando de ser un
mero objeto para aliviar el calor, sino considerado como un objeto artístico y
etnológico, siendo un complemento de moda y de comunicación. Entre las damas
del siglo XVIII se decía “ Mujer sin
abanico es como un hombre sin espada”. Y así era, no existía evento donde
no hiciera acto de presencia este insigne objeto, en bodas, nacimientos,
comuniones, funerales, ferias… eran de uso diario utilizados en todos los
estratos de la sociedad, donde vemos las diferencias de materiales en su
composición desde la madera y el algodón
o papel hasta tafetanes y metales o piedras preciosas.
En la simple estructura del Abanico se diferencian las
siguientes partes:
·
La Baraja: se corresponde con la base rígida y plegable
del abanico.
·
El País: sería la tela que va adherida a la
baraja.
·
Las Varillas: sería las tiras de madera que
hacen que se pliegue el abanico, estas podían ir caladas con la técnica de la
filigrana o pintadas.
·
Las Caberas: se corresponde con la primera y
última varilla, que a diferencia de las demás, son más gruesas que el resto y
suelen llevar alguna dedicatoria.
·
El Calado: serían diferentes técnicas de dibujo
por medio de agujeros realizados sobre las varillas, el más común es la filigrana.
Las primeras
noticias que tenemos de su origen data del 3000 a.c. en Egipto, aquellos
primitivos abanicos tenían una estructura fija de diferentes materiales como
plumas, hojas, tejidos estaban sujetos a un mango largo de caña de bambú o
madera siendo abanicos ceremoniales que solo podían ser utilizados por el faraón y su
familia. El abanico plegable de varillaje y ala de murciélago aparece en hacia
el 670 d.c. en Japón llamado “Sensu”. En
España está documentado su uso durante la época islámica, convirtiéndose en unos
de los principales centros productor en todas y cada una de sus variantes
llegando a rivalizar con la vecina Italia quien en el siglo XV fue pionera en
la fabricación donde artistas de
renombre lo utilizaban como mismísimos lienzos donde representaban temas
mitológicos, Bíblicos y de la propia Historia de Roma, este modelo llamado “La ventarola” que consistía en un
elaborado abanico pintado o bordado regalo
tradicional para todas las novias venecianas.
A mediados del siglo XVII
este singular objeto llega a la corte francesa de Versalles durante el reinado
de Luis XIV y Luis XV convirtiéndose en
la época de esplendor y donde se disparan los diseños, motivos y materiales en
la fabricación de los abanicos (oro ,marfil, plata, carey, piedras preciosas,
tejidos como el tafetán, la seda…) , convirtiéndose complemento indispensable tanto para hombres
como para mujeres e incluso se llevó a prohibir abrirlos en presencia de la
reina, ya que estaban considerados objetos de ostentación y riqueza. En el siglo
XVIII, España se convierte en uno de los
principales productores del mundo, gracias a la llegada de el artesano francés
Eugenio Prost, que revolucionará y
creará el gremio de abaniqueros de Madrid y posteriormente en 1802 creándose La
Real Fábrica de Abanicos de Valencia donde se realizarán los famosos abanicos
alfonsinos, con varillaje de nácar, hueso o madera acompañados por tejidos como
el tul, el encaje o la gasa; otros también iban pintados a mano donde se
representaban temas mitológicos. A partir del siglo XX el uso del abanico pasa a ser más exclusivo,
convirtiéndose en un instrumento de comunicación, para lo que se crea un propio
lenguaje:
·
Abanicarse mucho: te quiero mucho.
·
Abanicarse lento: no me importas.
·
Si se deja caer: te pertenezco.
·
Si se apoya en los labios: no me fío.
·
Posar dedos sobre las varillas: quiero hablarte.
·
Taparse el sol con el abanico: eres feo.
·
Tener el abanico abierto cubriendo el rostro:
nos vigilan.
·
Sostener el abanico con la mano derecha delante
del rostro: sígame.
·
Sostenerlo con la mano izquierda delante del
rostro: busco conocimiento.
·
Mantenerlo en la oreja izquierda: quiero que me
dejes en paz.
·
Deslizar el abanico por la frente: has cambiado.
Pero también se realizaron
abanicos para conmemorar un acto importante en la historia de una ciudad o un
país, destacamos los abanicos realizados con motivo de la Exposición Universal
de 1929 en Sevilla, donde se diseñaron abanicos con una alta calidad artística,
con las varillas principales forradas en piel y con el nombre del país bordado
en seda. Para la Exposición Universal de 1992 para la cual se realizaron
abanicos pero en materiales muchos más pobres (plástico y algodón) donde primó
el diseño al material.
Para los que estéis en Sevilla, en el Museo de Artes y Costumbres se exponen una amplia colección de abanicos donde podréis apreciar la singularidad de cada uno.